miércoles, 19 de octubre de 2016

MURALLA NAZARÍ DE MÁLAGA

La Muralla nazarí  es un bien de interés cultural de la ciudad de Málaga, Andaluz , España.
La muralla nazarí del siglo XIV están considerados como de excepcional importancia para la investigación de la evolución urbana de la ciudad, mo
tivo por el cual fueron declarados BIC en 1995. La Muralla Nazarí está situada en el sector oeste de la Plaza de la Marina y el Muro Portuario en el sector este. La Muralla Nazarí es el resto más claro y enriquecedor para el conocimiento de la ciudad de esta época cuya estructura de baluartes adosados al lienzo de la Muralla es único en su género. El Muro Portuario es un vestigio tangible de la actividad portuaria y comercial de la ciudad.Su estructura es la de un paramento recto en la cara interna con un pequeño talud en la cara externa. A este lienzo están adosados dos baluarte de planta semicircular en su parte superior revestidos de una rosca de ladrillo, que en su posición interior adopta planta hexagonal, haciéndose la transición mediante una especie de trompas de ladrillo, fábrica que cubre todo el revestimiento de los baluartes. Aunque la porción poligonal hay que considerarla como cimentación del bastión, sin embargo, ésta descansa en una doble estructura construida, por una parte, por la consolidación de bloques de escollera mediante un fuerte mortero, y por otra, por un entramado de vigas de madera en sentido horizontal bajo el bloque de mampostería vertical hincadas en la arena, lo que constituye un anténtico anclaje.


Datos históricos 

Corresponden a la época musulmana Gibralfaro y la Alcazaba, la cerca y las Atarazanas. La única obra de importancia llevada a cabo durante la Edad Moderna corresponde al Castillo de San Lorenzo, derribado a finales del XVIII con la ampliación de la Alameda proyectada por Miguel del Castillo. La preocupación por posibles ataques enemigos, en la mayoría de los casos ingleses, dio lugar a obras de parcheo en el siglo XVIII. A partir de este siglo, la historia de las fortificaciones de Málaga se resume en su derribo y desaparición, debido a su decadencia e inoperancia, según ya observó Jorge Próspero Verbom, que afirmó la imposibilidad de proteger la ciudad por el lado de tierra debido a la existencia de casas, iglesias y barrios enteros adosados a las murallas. Este mismo autor describe el estado de la fortificación en 1722 enviado por el Marqués de Salazar. Ya en esta época, las murallas se hallaban muy deterioradas y se planteaba como únicamente recuperables las de Gibralfaro y las de la Alcazaba. Estas opiniones unidas a la necesidad de nuevo suelo urbano llevaron al derribo, en primer lugar, del murallón de tierra, donde a partir de 1728 se levantarían las casas que conforman las calles de Carretería y Álamos. El murallón meridional dilató algo más su permanencia por formar parte del complejo defensivo montado entorno al puerto, su progresiva ruina unida a la ampliación de la catedral, la construcción de la aduana, el trazado de la Alameda y el aumento del tráfico en el puerto conducirían a un proceso de apertura hacia el mar, marcado por el derribo de la cerca sur. Una Real Orden de 1786 pone a la venta el trozo de muralla entre Puerta del Mar y Puerta Oscura y en ese mismo año se vende también la zona de San Andrés. Por último, para prolongar la Alameda se derribaron en 1800 Torre Gorda y el Castillo de San Lorenzo, finalizando el proceso desmilitarizador el perímetro urbano de Málaga, perdiendo ésta con ello el carácter árabe que la caracterizó. En 1786 se promulga una orden que establece la desaparición de la cerca meridional, desde antiguo vinculadas al alcázar edificado durante la época taifa, como eran las de la Malagueta y la Haza Baja, pertenecientes al llamado perímetro inutilizable del Castillo. Sobre la Haza Baja, Carlos III aprobó el proyecto de una Nueva Aduana, realizado hacia 1788 por Manuel Martín Rodríguez.




https://youtu.be/YDAkJUKJ3Lc

Para el estudio de la muralla de Málaga
contamos, en primer lugar con las fuentes
documentales, tanto musulmanas como cristia-
nas, sin olvidar a los eruditos locales, que siem-
pre nos aportan noticias significativas. A esto,
tenemos que añadir la propia topografía urba-
na de la ciudad, así como la toponimia, que ha
mantenido en sus calles nombres bastante alu-
sivos, por citar algunos ejemplos, los que
hacen referencia a puertas o postigos: Puerta
de San Buenaventura, de Antequera, Nueva,
del Mar, Postigo de Arance, de los Abades,
Muro de San Julián, de Santa Ana, etc...
La muralla que cercaba la madina, en época
Nazarí (Lám. I), partía de la Alcazaba, a la que
no envolvía1
, en línea más o menos recta (su
trazado iría por las actuales calles de Muro de
Santa Ana, Plaza de Mª Guerrero), hasta enla-
zar con la Puerta de Granada, que quedaría
situada un tanto desplazada del inicio de la
calle que actualmente conocemos con tal
nombre y que fue tapiada debido a las torren-
teras que bajaban por calle de la Victoria
(GUILLÉN 1984), con posterioridad al siglo
XVII (AMATE 1988, p. 88). Su trazado conti-
nuaba por la acera izquierda de la Plaza de la
Merced (PASTOR, PÉREZ 1983), prosiguiendo
por C/ Alamos, conectando aquí con el muro
que cercaba el arrabal de Fontanella, que se
extendía entre las actuales calles Frailes, Refino,
Postigo, Molinillo y Goleta 2 y dedicados sus
habitantes a la fabricación de cerámica, topóni-
mo mantenido en una de sus calles, Ollerías
(ACIÉN, PERAL, RECIO 1989-90). Continuaba
hasta la Puerta de San Buenaventura, calle que
aún hoy conserva su nombre, y que identifica-
mos con la puerta musulmana que conectaba
con el arrabal de Fontanella. Dicha puerta
sufre modificaciones durante el siglo XVII
(AMATE 1988, p.98) y la misma pudo ser
apreciada por Guillén Robles (1984, p. 477)
antes de su demolición en el siglo XIX. A par-
tir de aquí se bajaba, haciendo ángulo por C/
Carretería hasta la puerta de Antequera. En
este tramo se localiza en l987 un torreón ade-
lantado de época nazarí, durante el proceso
de rehabilitación del palacio de Valdeflores, 3
actual sede del Instituto de la Mujer.
La puerta de Antequera4 constituía una de
las salidas más importantes de la ciudad. A
continuación proseguía el tramo de muralla
hasta enlazar con el Pasillo de Santa Isabel5
,
donde se situaría la puerta de la Puente, des-
conociéndose su ubicación exacta (GUILLÉN
1984, p. 473). Conectaba con las atarazanas a
las que se adosaba6 y siguiendo la línea costera
enlazaba con el espigón natural de la plaza de
La Marina7
, donde se emplazaba el castill de
los genoveses, dejando atrás las puertas del
Mar, Baluarte, Espartería y de los Siete Arcos,
que comunicaban la ciudad con la ensenada
del puerto.
Su recorrido seguía8 por la actual calle
Cortina del Muelle, bordeando la línea costera
hasta enlazar con el conjunto de la Alcazaba, a
cuya Haza se abrían dos puertas, la de la Puerta Oscura.

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